andhaḿ tamaḥ praviśanti
ye 'sambhūtim upāsate
tato bhūya iva te tamo
ya u sambhūtyām ratāḥ
andham — ignorancia; tamaḥ — oscuridad; praviśanti — entran a; ye — aquellos que; asambhūtim — semidioses; upāsate — adoran; tataḥ —que eso; bhūyaḥ — todavía 
más; iva — como eso; te — aquellos; tamaḥ — oscuridad; ye —quienes; u — también; sambhūtyām — en el Absoluto; ratāḥ — dedicados.
 
"Aquellos
 que se dedican a la adoración de los semidioses entran en la región más
 oscura de la ignorancia, y peor aún ocurre con los adoradores del 
Absoluto impersonal."
La palabra sánscrita asambhūti se refiere a los que no tienen una existencia independiente. Sambhūti
 es la Personalidad Absoluta de Dios, quien es absolutamente 
independiente de todo. Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad Absoluta de Dios, 
afirma en El Bhagavad-gītā (10.2):
na me viduḥ sura-gaṇāḥ
prabhavaṁ na maharṣayaḥ
aham ādir hi devānāṁ
maharṣīṇāṁ ca sarvaśaḥ
“Ni
 las legiones de semidioses ni los grandes sabios conocen Mi origen, 
pues en todos los aspectos, Yo soy la fuente de los semidioses y de los 
sabios”.   
 Kṛṣṇa es entonces el origen de los poderes delegados a los 
semidioses, a los grandes sabios y a los místicos. Aunque ellos están 
dotados de grandes poderes, les es muy difícil saber cómo es que Kṛṣṇa 
Mismo aparece en la forma de un hombre gracias a Su propia potencia 
interna.
Todos los filósofos y grandes ṛṣis, o místicos,
 tratan de distinguir el Absoluto de lo relativo usando su minúscula 
capacidad mental. Esto únicamente puede ayudarlos a llegar al punto de 
negar la relatividad pero sin comprender ningún indicio positivo del 
Absoluto. La definición del Absoluto usando negaciones es incompleta. 
Esas definiciones negativas lo conducen a uno a crear su propio 
concepto, y así se imagina que el Absoluto debe carecer de forma y de 
cualidades. Las cualidades negativas son únicamente el opuesto de las 
cualidades positivas, y por lo tanto también son relativas. Al concebir 
al Absoluto de esta forma, uno puede alcanzar a lo sumo el resplandor 
impersonal de Dios, conocido como el Brahman, pero no puede progresar 
hasta llegar a Bhagavān, la Personalidad de Dios.
 Tales
 especuladores mentales no saben que Kṛṣṇa es la Personalidad Absoluta 
de Dios, que el Brahman impersonal es el resplandor deslumbrante de Su 
cuerpo trascendental, y que Paramātmā, la Superalma, es Su 
representación omnipenetrante. Ellos tampoco saben que Kṛṣṇa tiene Su 
forma eterna con cualidades trascendentales de bienaventuranza y 
conocimiento eternos. Los semidioses dependientes y los grandes sabios 
consideran imperfectamente que Él es un poderoso semidiós, y que el 
resplandor del Brahman es la Verdad Absoluta. Sin embargo, los devotos 
de Kṛṣṇa que se entregan a Él con devoción pura, pueden saber que Él es
 la Persona Absoluta y que todo emana de Él. Semejantes devotos prestan 
continuamente servicio amoroso a Kṛṣṇa, quien es la fuente de todo.
En El Bhagavad-gītā
 (7.20) también se dice que únicamente las personas confundidas, 
impulsadas por un fuerte deseo de satisfacer sus sentidos, adoran a los 
semidioses con el fin de resolver los problemas temporales. Sólo 
aquellos que carecen de inteligencia buscan el alivio temporal a ciertas
 dificultades como una solución, el cual es otorgado por la grandeza de 
algún semidiós. Ya que el ser viviente está enredado materialmente, 
tiene que ser liberado por completo del cautiverio material para poder 
alcanzar la satisfacción permanente en el plano espiritual, donde 
existen la bienaventuranza, la vida y el conocimiento eternos. También 
se afirma en El Bhagavad-gītā (7.23) que los adoradores de los 
semidioses pueden ir a los planetas de los semidioses. Los adoradores de
 la Luna pueden ir a la Luna, los adoradores del Sol al Sol, etc. Los 
científicos modernos se están aventurando ahora a ir a la Luna con la 
ayuda de cohetes, pero esta tentativa no es en realidad nueva. Teniendo 
una conciencia desarrollada, los seres humanos se sienten inclinados en 
forma natural a viajar por el espacio exterior y llegar a otros 
planetas, ya sea con naves espaciales, poderes místicos, o adoración a 
los semidioses. En las Escrituras védicas se dice que es posible llegar a
 otros planetas en cualquiera de estas tres formas, pero la forma más 
común es por adorar al semidiós que preside ese planeta particular. Sin 
embargo, todos los planetas del universo material son residencias 
temporales; los únicos planetas permanentes son los Vaikuhalokas. Éstos 
se encuentran en el cielo espiritual, y la Personalidad de Dios Misma 
los domina. Tal como se afirma en El Bhagavad-gītā (8.16):
ā-brahma-bhuvanāl lokāḥ
punar āvartino 'rjuna
mām upetya tu kaunteya
punar janma na vidyate
“¡Oh,
 hijo de Kuntī!, Desde el planeta más elevado del mundo material, hasta 
el más bajo, todos son lugares de sufrimiento donde ocurren 
repetidamente el nacimiento y la muerte. Pero aquel que alcanza Mi 
morada nunca vuelve a nacer” 
El Śrī Īśopaniṣad señala que uno 
permanece en la región más oscura del universo al rondar por los 
planetas materiales usando cualquier medio. El universo entero está 
cubierto por los elementos materiales gigantescos, al igual que un coco 
cubierto por su corteza. Ya que su cubierta es hermética, la oscuridad 
interna es total y por lo tanto se necesitan soles y lunas para 
iluminarlo. Fuera del universo se encuentra la vasta e ilimitada 
expansión brahmajyoti, la cual está repleta de Vaikunthalokas. El planeta más elevado del brahmajyoti es
 Kṛṣṇaloka o Goloka Vndāvana, donde reside Śrī Kṛṣṇa Mismo, la Suprema
 Personalidad de Dios. El Señor Śrī Kṛṣṇa nunca abandona Kṛṣṇaloka. 
Aunque Él vive ahí con Sus asociados eternos, también se encuentra 
omnipresente a través de todas las manifestaciones cósmicas materiales y
 espirituales. En el Mantra Cuatro ya se ha explicado este hecho. El 
Señor está presente en todas partes al igual que el Sol, y a pesar de 
eso está situado en un solo lugar, así como el Sol que está situado en 
su propia órbita constante.
Los 
problemas de la vida no pueden resolverse con sólo ir a la Luna. Hay 
muchos adoradores falsos que se vuelven religiosos únicamente para 
alcanzar renombre y fama. Semejantes religiosos falsos no quieren salir 
de este universo y llegar al cielo espiritual. Ellos únicamente quieren 
mantener el status quo en el mundo material como pretexto de adorar al 
Señor. Al predicar el culto del ateísmo, los ateos y los impersonalistas
 encaminan a esos necios religiosos falsos hacia las regiones más 
oscuras. Los ateos niegan directamente la existencia de la Suprema 
Personalidad de Dios, y los impersonalistas los apoyan al hacer hincapié
 en el aspecto impersonal del Señor Supremo. Hasta ahora no hemos 
encontrado ningún mantra de El Śrī Īśopaniṣad que 
niegue a la Suprema Personalidad de Dios. Se dice que Él puede correr 
más rápido que cualquiera. Aquellos que están corriendo hacia otros 
planetas ciertamente son personas, y si el Señor puede correr más rápido
 que todos ellos, ¿cómo es posible considerarlo impersonal? El concepto 
impersonal que se tiene del Señor Supremo es otra forma de ignorancia 
que surge por tener un concepto imperfecto sobre la Verdad Absoluta.
Los
 religiosos falsos e ignorantes y los manufacturadores de las así 
llamadas encarnaciones, quienes violan directamente los mandamientos 
védicos, están expuestos a entrar en la región más oscura del universo 
por descarriar a sus seguidores. Estos impersonalistas generalmente se 
hacen pasar por encarnaciones de Dios ante los necios que ignoran la 
sabiduría védica. Si esos tontos tienen algún conocimiento, en sus manos
 es más peligroso que la ignorancia misma. Semejantes impersonalistas ni
 siquiera adoran a los semidioses en la forma recomendada en las 
Escrituras. En las Escrituras se recomienda adorar a los semidioses en 
determinadas circunstancias, pero a la vez se declara que normalmente no
 es necesario hacerlo. En El Bhagavad-gītā (7.23) se afirma 
claramente que los resultados obtenidos al adorar a los semidioses no 
son permanentes. Ya que el universo material total no es permanente, 
todo logro obtenido dentro de la oscuridad de la existencia material 
tampoco será permanente. El problema consiste en cómo obtener una vida 
real y permanente.
El Señor afirma que tan pronto como 
uno llega a Él mediante el servicio devocional - que es el único camino 
para acercarse a la Personalidad de Dios - se libera completamente del 
cautiverio del nacimiento y de la muerte. En otras palabras, el sendero 
para salvarse de las garras materiales depende completamente de los 
principios del conocimiento y del desapego. Los religiosos falsos no 
tienen ni conocimiento ni desapego de las cuestiones mundanas, ya que en
 su mayoría quieren vivir con los grilletes dorados del cautiverio 
material bajo la sombra de las actividades altruistas y filantrópicas, 
aparentando seguir los principios religiosos. Exhibiendo falsos 
sentimientos religiosos, ellos presentan una comedia de servicio 
devocional, mientras continúan incurriendo en todo tipo de actividades 
inmorales. Ellos se hacen pasar por maestros espirituales y devotos de 
Dios. Esos violadores de los principios religiosos no respetan a los ācāryas autoritativos, los maestros santos que están en la estricta sucesión discipular. Ellos se convierten en así llamados ācāryas para descarriar a las personas en general, pero ni siquiera siguen los principios de los ācāryas.
Estos
 bribones son los elementos más peligrosos de la sociedad humana. Ellos 
se escapan del castigo de las leyes del Estado porque no existe un 
gobierno religioso. Sin embargo no pueden escapar a las leyes del 
Supremo, quien ha manifestado claramente en El Bhagavad-gītā 
(16.19-20) que los demonios envidiosos disfrazados de propagandistas 
religiosos, serán arrojados a las regiones más oscuras del infierno. El Śrī Īśopaniṣad
 confirma que estos religiosos falsos se están dirigiendo al lugar más 
inmundo del universo después de terminar su negocio de maestros 
espirituales que únicamente llevan a cabo para satisfacer sus sentidos.









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