Mantra VI
yas tu sarvāṇi bhūtāny
ātmany evānupaśyati
sarva-bhūteṣu cātmānaḿ
tato na vijugupsate
"Aquel
que lo ve todo en relación con el Señor Supremo, que ve a todas las
entidades como partes integrales de Él, y que ve al Señor Supremo dentro
de todo lo que hay, nunca odia a ser, o cosa alguna."
Aquí se da una descripción del mahā-bhāgavata, la gran personalidad que lo ve todo en relación con la Suprema Personalidad de Dios. La comprensión de la presencia del Señor ocurre en tres etapas. El kaniṣṭha-adhikārī
está en la etapa inferior de comprensión. Él va a un lugar de adoración
tal como un templo, iglesia o mezquita, dependiendo de su tipo de fe
religiosa, y ahí se dedica a la adoración conforme a los mandamientos de
las Escrituras. Ese devoto piensa que el Señor está presente en el
lugar de la adoración, pero no en otras partes. Él no puede determinar
la posición que tienen otros dentro del sevicio devocional, ni puede
distinguir al que ha comprendido plenamente al Señor Supremo. Esos
devotos siguen las fórmulas rutinarias y a veces pelean entre sí,
considerando que un tipo de devoción es mejor que otro. Estos kaniṣṭha-adhikārīs
en realidad son devotos materialistas que sólo están tratando de
trascender los linderos materiales para llegar al plano espiritual.
A los que han alcanzado la segunda etapa de comprensión se les llama madhyama-adhikārīs.
Estos devotos observan los siguientes cuatro principios: (1)
primeramente reconocen al Señor Supremo. (2) Luego reconocen a los
devotos del Señor. (3) Reconocen a los inocentes que no conocen al
Señor. (4) Reconocen a los ateos que no tienen ninguna fe en el Señor y
que odian a los que practican el servicio devocional. El madhyama-adhikārī se comporta de diferentes maneras de acuerdo
con las circunstancias. Él adora al Señor, considerándolo el objeto del
amor, y hace amistad con los que ejecutan servicio devocional. Él trata
de despertar el amor latente por Dios que se encuentra en el corazón de
los inocentes, pero no se acerca a los ateos que se mofan del mismo
nombre del Señor.
En la tercera etapa de comprensión se encuentra el uttama- adhikārī,
quien lo ve todo en relación con el Señor Supremo. Ese devoto no
discrimina entre un ateo y un teísta sino que ve a todo el mundo como
parte integral de Dios. Él sabe que no hay diferencia entre un brāhmaṇa
sumamente erudito y un perro de la calle, porque ambos provienen del
Señor, aunque estén en cuerpos diferentes debido a las cualidades de la
naturaleza material. Él ve que la partícula brāhmaṇa del Señor
Supremo no ha abusado de la pequeña independencia que el Señor le ha
dado, y que la partícula perro ha abusado de su independencia y, por
consiguiente, las leyes de la naturaleza la han castigado encerrándola
en una forma corporal ignorante. Sin tomar en cuenta las respectivas acciones del brāhmaṇa y del perro, el uttama-adhikārī
procura beneficiar a ambos. Ese devoto tan erudito no se confunde con
los cuerpos materiales, sino que se siente atraído por la chispa
espiritual que mora dentro de las entidades respectivas.
Aquellos que imitan al uttama-adhikārī,
ostentando un sentido de unidad o fraternidad, pero cuyo comportamiento
está en la plataforma corporal, son en realidad falsos filántropos. Se
debe aprender el concepto de hermandad universal de parte de un uttama-adhikārī
y no de algún tonto que no entiende correctamente lo que es el alma
individual y la expansión Superalma del Señor Supremo que habita en
todas partes.
En este sexto mantra se menciona claramente que uno debe observar, o ver. Esto significa que uno debe seguir al ācārya previo, el maestro perfeccionado. Anupaśyati es la palabra sánscrita exacta usada al respecto. Paśyati significa observar. Esto no quiere decir que uno deba tratar de ver las cosas a simple
vista. Debido a los defectos materiales, nunca es posible ver las cosas
correctamente a simple vista. Uno no puede ver correctamente a menos
que haya escuchado de una fuente superior, y la fuente más elevada es la
sabiduría védica que habló el Señor Mismo. Las verdades védicas nos
llegan a través de la sucesión discipular pasando del Señor a Brahmā, de
Brahmā a Nārada, de Nārada a Vyāsa, y de Vyāsa a muchos otros
discípulos. Anteriormente no había necesidad de anotar los mensajes de
los Vedas porque la gente de eras anteriores era más
inteligente y poseía una memoria más aguda. Ellos podían seguir las
instrucciones con escucharlas tan sólo una vez de labios del maestro
espiritual fidedigno.
En la actualidad hay muchos comentarios sobre las Escrituras reveladas,
pero en su mayoría no están en la línea de sucesión discipular que
proviene de, quien enseñó originalmente la sabiduría
védica. El Śrīmad-Bhāgavatam es la obra final, la más perfecta y sublime de Śrīla Vyāsadeva, y es el comentario autorizado sobre El Vedānta-sūtra. También está El Bhagavad-gītā
que habló el Señor Mismo y que anotó Vyāsadeva. Éstas son las
Escrituras reveladas más importantes, y cualquier comentario que
contradiga los principios del Gītā o de El Śrīmad-Bhāgavatam, está desautorizado. Hay una plena concordancia entre los Upaniṣads, el Vedānta, los Vedas, El Bhagavad-gītā, y El Śrīmad-Bhāgavatam, y nadie debe tratar de llegar a ninguna conclusión sobre los Vedas
si no ha recibido instrucciones de los miembros de la sucesión
discipular de Vyāsadeva, o por lo menos de aquellos que creen en la
Personalidad de Dios y en Sus diversas energías.
De acuerdo con El Bhagavad-gītā (6.9), solamente alguien que ya se encuentra en la plataforma de la liberación puede volverse un devoto uttama-adhikārī
y ver a todos los seres vivientes como a sus propios hermanos. Los
políticos que siempre andan buscando alguna ganancia material no pueden
tener esta visión. Cuando alguien imita los síntomas de un uttama-adhikārī,
él quizá sirva a su cuerpo externo con el propósito de conseguir fama o
una recompensa material, pero no está sirviendo al alma espiritual.
Semejante imitador no puede tener información alguna sobre el mundo
espiritual. El uttama-adhikārī ve el alma espiritual de la
entidad viviente y le sirve aceptándola como espíritu. De esta manera,
queda incluido automáticamente el aspecto material.
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